Los amigos son muchas veces los primeros en descubrir los síntomas más incipientes.
Es importante que aproveches esa oportunidad en beneficio de tu amig@.
Te damos una serie de recomendaciones para que puedas ayudarl@.
También puede pasar que se irrite y rechace tu ayuda. No te frustres. Busca apoyo en alguien de su entorno más cercano (hermanos mayores, padres, profesores), que pueda entender lo que le sucede, cuéntale tu preocupación y juntos evalúen cómo ayudarl@.
Para tener en cuenta: un tratamiento psicológico sólo es posible si el paciente y su familia (en el caso de que sea menor) tienen al menos cierta disposición hacia él.
- Si no come o come muy poco, no te enojes con ni l@ obligues a comer. Intenta afianzar la confianza entre ustedes para que pueda contarte lo que le sucede. Acompañarl@ hacia un tratamiento es la mejor manera de ayudarl@.
- Aunque no quiera relacionarse, intenta integrarla en los grupos para no favorecer su aislamiento.
- El tratamiento suele ser largo. Es necesario ser paciente y saber que cada persona tiene su propio tiempo. Si hubiera momentos de retroceso o detención, no es un fracaso sino de uno de los estadios en el camino.
La National Eating Disorders Association ha desarrollado las siguientes recomendaciones:
• Darse tiempo para hablar. Busque un momento para hablar en un lugar privado, tranquilo y sin distracciones con su amig@. Sea franco y honesto.
• Explíquele a su amig@ sus preocupaciones. Háblele de los momentos concretos en que usted estuvo preocupado por su conducta alimentaria o acerca del ejercicio. Explíquele que estas cosas pueden ser parte de un problema que necesita de la ayuda profesional.
• Haga que su amig@ hable de esas preocupaciones. Intente que acuda a un especialista. Ofrézcase para concertar la cita en su nombre y acompáñele a la consulta del médico o psiquiatra.
• Evite el conflicto o la confrontación. si su amig@ no admite el problema, repítale sus sentimientos y las razones de estos sentimientos. Ofrézcale su apoyo incondicional.
• No haga a su amig@ responsable ni culpable. No emplee afirmaciones acusadoras del tipo "lo único que necesitas es comer", o "estás actuando de forma irresponsable". En lugar de esto, emplee frases del tipo "Estoy preocupad@ porque no queres comerte el desayuno ni la cena", o "Me preocupa oírte vomitar tan a menudo".
• Evite dar soluciones simples. No diga “Si dejas de hacer esto, todo se arreglará”
• Exprésele su apoyo continuamente. Recuérdele que usted le ayudará y que lo único que quiere es que sea feliz y esté san@.

- Si hace tiempo piensas que algo no anda bien con tu amig@ y has pensado que podría tener un desorden alimentario, probablemente tu sospecha sea justificada.
- ¿Si comentara mi preocupación a un adulto sería delatarl@?
En estos casos no se trata de guardar un secreto. Intenta hablar sinceramente haciéndole saber de tu preocupación.
Si acepta tu ayuda, junt@s busquen apoyo en sus padres para encontrar un centro especializado donde llevar a cabo el tratamiento.